Mariplatónica desde 1996 y antes

He conseguido ser de muchos pocos como decían mi padre y mi abuela

miércoles, 8 de abril de 2015

Melodías de Pascua










  Por la noche de vuelta en el coche sonó en la radio una canción de jazz con una cantante de voz blanca y pensé en Doris Day, y sí, era Doris Day, no sé qué canción era pero he encotrado una que se le parece.




  Una  playa preciosa.

Lo que se veía a la izquierda:



Y lo que se veía a la derecha








 Al día siguiente fuimos a ver la puesta de sol a otra playa; esta vez al volver sonó Caetano Veloso, el Cucurrucú paloma. Esta canción la hizo muy popular Almodovar y quizá nos empachamos un poco pero es tan conmovedora que resiste cualquier atracón. Caetano Veloso le sacó un partido inimaginable (sólo hay que oír otras versiones), hizo una maravilla con ella, así que aunque esté tan oída sigue siendo una preciosidad y por aquellas playas al atardecer aún más.



                                                                            
                                                          

                                             
                             

Por la tarde en la cocina





Y ya por la noche, después de unas albóndigas caseras magníficas en un ambiente de lo más variopinto, tuvimos sevillanas, bulerías y un poco de rumba flamenca. La rumba fue lo mejor para mi gusto.

Tocaron Djobi Djoba que aunque también esté muy oída es magnífica  y luego esta otra que también interpretaron al modo de los Gipsy Kings y que es todo un logro en esa versión rumbera, así que cuando sonaron los primeros acordes nos pusimos a bailarla, nosotros y el bar entero, pero yo aquí no puedo evitar poner la versión de Domenico Modugno, si la rumbera es todo ritmo, ésta es realmente una maravilla y Doménico Modugno un amor.



 
Pero para que no se diga que no hago honor a la rumba pongo la más maravillosa de todas: Se te olvida que aunque no la tocaron allí recuerdo haberla escuchado (y hasta bailado) en otra ocasión en la cocina. Nada, ninguna otra versión de esta canción, de ninguna manera, todas son incomparables con la de El Pescailla.


 
Y,

los nazarenos que portan
el gran trono de la Mesa
llevan el seno repleto
de caramelos de fresa