Mariplatónica desde 1996 y antes

He conseguido ser de muchos pocos como decían mi padre y mi abuela

viernes, 8 de abril de 2016

La música de las esferas




Meter papeles en carpetas, desechar papeles o lo que sea, ordenar, quitar ropa de aquí, y esto de allá, ordenar.

Qué tarea más difícil cuando todo se amontona y no encuentras el hilo y todo anda disperso por aquí y por allá.

Como a veces no se ordena desde el principio, o no completamente, que para los efectos es muy parecido a no tener orden, pues con el paso del tiempo y el espacio limitado la cosa se empieza a complicar mucho, y va a más, y va a más.. y ordenar se hace cada vez más arduo, espantoso.

Ser persona ordenada.

De niño te dicen que seas ordenado, que tengas tus cosas en orden y te intentan inculcar esa manera de ser. Complicado.
O se es ordenado o no se es ordenado. Es como una primera naturaleza.

Si no eres ordenado puede ser que, con mucho esfuerzo, por parte de quienes te educan y por tu parte, pues que consigas ser más o menos ordenado o al menos interiorizar esa necesidad de una forma más profunda.

Y he dicho necesidad.
Sí, el orden es necesario, para todos, para los que son ordenados como primera naturaleza y para los que no.

¿Quién puede aguantar no encontrar nada día tras día o perder el triple de tiempo en hacer algo por no poder disponer de los elementos para ello? Eso por no hablar de cosas más profundas.

Universo, teleología. Me gusta que haya (o que hubiera) una teleología, más todavía, una Armonía, un Orden, un Bien.

Necesitamos pensar que tenemos un lugar en el universo, que ocupamos un sitio, nuestro sitio en ese Todo; esto lo necesita la humanidad, que anda como loca buscándolo, y, en mayor o menor medida, los individuos.

¿Cómo es posible que una persona ordenada en su vida y en sus cosas no necesite de una teleología en el universo? Y, ¿cómo es posible que una persona desordenada necesite un cosmos y no un caos en el universo? ¿Tiene que ver una cosa con la otra o no?

Se nos dice que las personas ordenadas lo son porque su personalidad es así. Esto es como una axioma en la psicología que te enseñan en los comienzos de la vida. Se asume como tantas otros axiomas de manera que no es cuestionado en tiempo, quizá nunca.
Bueno, pues yo reflexiono hoy sobre eso, sobre esa verdad tan básica de la psicología tradicional.
Ser ordenado es un reflejo del carácter, forma parte del carácter. Vale.

Es práctico ser ordenado, y hay personas que se dan cuenta muy pronto de esto y lo necesitan, y otras, no necesitan tanto del orden, quizá porque no saben donde colocar las cosas, porque no encuentran sitio adecuado para ellas, porque no saben clasificar, porque no saben hacer sitio, despejar, etc.etc., o porque les gusta la improvisación ¿?

Todo el mundo no es igual, lo que para uno es insoportable para otro es insoportable lo contrario. Curioso. Y divertido, porque lo contrario sería un aburrimiento, digo yo.

Orden, orden en la sala, pero hasta cierto punto. Una película de los Hermanos Marx no le disgusta a nadie, digo yo otra vez.

Sigo por donde andaba.
Para una persona desordenada por naturaleza es muy difícil ordenar, no es una cuestión de pereza, que también, porque ordenar es también un trabajo, para todo el mundo, pero para la persona desordenada es muy difícil. Y si le riñen, peor, pero a los niños hay que enseñarles a que tengan un cierto orden, como hay que enseñarles a hablar.

Todo el mundo no necesita la misma cantidad de orden.

Esto lo debería de entender todo el mundo pero no lo entendemos, los grados de orden de las personas chocan como trenes, no siempre, pero no es peccata minuta: se impone un orden común. En todas las relaciones de la vida, en todas las convivencias posibles, se hace necesario un orden. Es ley de la naturaleza.

Cada uno tiene su orden. Lo importante es encontrarlo. Y también comprender el orden de los otros, si no su estructura, al menos comprender que es su orden. Y luego aprender un poco de música, de la de Pitágoras.



                                   Espíritus geométricos en el Pequeño Verde.