Meter papeles en
carpetas, desechar papeles o lo que sea, ordenar, quitar ropa de
aquí, y esto de allá, ordenar.
Qué tarea más
difícil cuando todo se amontona y no encuentras el hilo y todo anda
disperso por aquí y por allá.
Como a veces no se
ordena desde el principio, o no completamente, que para los efectos
es muy parecido a no tener orden, pues con el paso del tiempo y el
espacio limitado la cosa se empieza a complicar mucho, y va a más, y
va a más.. y ordenar se hace cada vez más arduo, espantoso.
Ser persona
ordenada.
De niño te dicen
que seas ordenado, que tengas tus cosas en orden y te intentan
inculcar esa manera de ser. Complicado.
O se es ordenado o
no se es ordenado. Es como una primera naturaleza.
Si no eres ordenado
puede ser que, con mucho esfuerzo, por parte de quienes te educan y
por tu parte, pues que consigas ser más o menos ordenado o al menos
interiorizar esa necesidad de una forma más profunda.
Y he dicho
necesidad.
Sí, el orden es
necesario, para todos, para los que son ordenados como primera
naturaleza y para los que no.
¿Quién puede
aguantar no encontrar nada día tras día o perder el triple de
tiempo en hacer algo por no poder disponer de los elementos para
ello? Eso por no hablar de cosas más profundas.
Universo,
teleología. Me gusta que haya (o que hubiera) una teleología, más
todavía, una Armonía, un Orden, un Bien.
Necesitamos pensar
que tenemos un lugar en el universo, que ocupamos un sitio, nuestro
sitio en ese Todo; esto lo necesita la humanidad, que anda como loca
buscándolo, y, en mayor o menor medida, los individuos.
¿Cómo es posible
que una persona ordenada en su vida y en sus cosas no necesite de una
teleología en el universo? Y, ¿cómo es posible que una persona
desordenada necesite un cosmos y no un caos en el universo? ¿Tiene
que ver una cosa con la otra o no?
Se nos dice que las
personas ordenadas lo son porque su personalidad es así. Esto es
como una axioma en la psicología que te enseñan en los comienzos de
la vida. Se asume como tantas otros axiomas de manera que no es
cuestionado en tiempo, quizá nunca.
Bueno, pues yo
reflexiono hoy sobre eso, sobre esa verdad tan básica de la
psicología tradicional.
Ser ordenado es un
reflejo del carácter, forma parte del carácter. Vale.
Es práctico ser
ordenado, y hay personas que se dan cuenta muy pronto de esto y lo
necesitan, y otras, no necesitan tanto del orden, quizá porque no
saben donde colocar las cosas, porque no encuentran sitio adecuado
para ellas, porque no saben clasificar, porque no saben hacer sitio,
despejar, etc.etc., o porque les gusta la improvisación ¿?
Todo el mundo no es
igual, lo que para uno es insoportable para otro es insoportable lo
contrario. Curioso. Y divertido, porque lo contrario sería un
aburrimiento, digo yo.
Orden, orden
en la sala, pero hasta cierto punto. Una película de los
Hermanos Marx no le disgusta a nadie, digo yo otra vez.
Sigo por donde
andaba.
Para una persona
desordenada por naturaleza es muy difícil ordenar, no es una
cuestión de pereza, que también, porque ordenar es también un
trabajo, para todo el mundo, pero para la persona desordenada es muy
difícil. Y si le riñen, peor, pero a los niños hay que enseñarles
a que tengan un cierto orden, como hay que enseñarles a hablar.
Todo el mundo no
necesita la misma cantidad de orden.
Esto lo debería de
entender todo el mundo pero no lo entendemos, los grados de orden de
las personas chocan como trenes, no siempre, pero no es peccata
minuta: se impone un orden común. En todas las relaciones de la
vida, en todas las convivencias posibles, se hace necesario un orden.
Es ley de la naturaleza.
Cada uno tiene su
orden. Lo importante es encontrarlo. Y también comprender el orden
de los otros, si no su estructura, al menos comprender que es su
orden. Y luego aprender un poco de música, de la de Pitágoras.
Espíritus
geométricos en el Pequeño Verde.