A principios del milenio (puf, como suena!), y antes seguro del 11-S,
recuerdo que hablando con un colega ambos coincidíamos en nuestro
diagnóstico sobre aquellos tiempos: pensábamos que las cosas
estaban funcionando muy bien para lo podridas que estaban, y nos
asombrábamos de ello, y nos congratulábamos de ello, claro, pero
estábamos asombrados.
Corren tiempos raros. Creo que nos sentimos bastante perdidos y
desprotegidos. Pero a veces tampoco lo veo así porque hay gente que
lucha y también se ven ganas de cambiar las cosas.
“Todos
los políticos son iguales”. Nunca he creído eso y menos en los
tiempos que corren.
“¿Para
qué vamos a hacer nada?” Segunda parte y conclusión.
Y luego vienen los argumentos individualistas, tan miopes.
Y también me causa una cierta crispación cuando me llegan wasaps y
demás con chistes políticos. Vale, muy bien, prefiero que los haya,
claro, y son necesarios, pero a veces me pregunto si no se nos va la
vena de protesta con ellos, si no generan paradójicamente como daño
colateral un cierto conformismo. ¿? Definitivamente creo que pesa
más en ellos el lado crítico, espero.
Pues
sí, como todos en mayor o menor medida, me encuentro estas cosas
todos los días año tras año. A veces me enervan cuando las escucho
y otras simplemente me resulta muy fatigante. Pesismismo, nihilismo a
veces. Se comprende pero es desesperante. Entonces, cuando le
planteas a quién sea si le parecería bien que nadie hablara, que
nadie protestara, que sólo hubiera un partido político, que nadie
peleara nada, etc. etc. cuando le planteas si le daría igual una
situación que otra y, en definitiva, que todos
tiráramos la toalla, te contesta que no normalmente. Vaya, vaya.
Vamos para atrás en libertades, derechos sociales, hay más
desigualdad económica... esto está claro, y como
“lo que no mejora, empeora”, según se dice, pues toca ir hacia adelante.
Corren tiempos raros; está todo como muy indefinido, la impresión
(al menos la mía) es que estamos en una etapa de transición, y yo
diría que hacia otra era, no sé, eso es lo que me parece pero no
sé hacia dónde vamos. Estos 2000 están siendo más raros de lo que
yo me esperaba, tradicionales y regresivos de una forma muy
inesperada, y tecnólogicos, extraordinarimente tecnológicos también
en un sentido inimaginado, tecnológicos sobre todo en la esfera de lo
individual, y yo no me lo esperaba así, y quizá sea precisamente
así, quizá la razón pueda ser, se me ocurre, por el sistema
capitalista que ha alcanzado estas cotas tan altas de penetración en
absolutamente todo. El producto por antonomasia es la tecnología. Y yo no pensaba ni de lejos que el capitalismo
iba a ser tan tan brutal, tan aniquilador. Pero el proceso es
bastante lógico habida cuenta la crisis de valores que tampoco
preveía que fuera a llegar a donde está llegando. Es todo lo mismo, es una espiral.
Bueno, hay crisis de valores pero quedan valores o ganas de tener
valores, que al fin y al cabo es lo que cuenta. Sencillamente porque los necesitamos, porque es insoportable vivir de esta manera tan desquiciada, porque la gente quiere, queremos, vivir de otra manera.
Y tampoco he creído nunca que los esfuerzos individuales, por
pequeños o grandes que sean, lo sean en vano, ni mucho
menos.
Hoy pongo dos temas. El primero es de Crosby, Stills, Nash and Young.
Y la revista Rolling Stone dice de él lo siguiente:
Ohio
(1970), de Crosby, Stills, Nash and Young.
Uno
de los mayores ejemplos que ha dado la música en cuanto a reacción
instantánea ante un suceso, un
modo casi impresionista de hacer una canción.
El suceso fue el siguiente: el 4 de mayo de 1970, la Guardia Nacional
de Ohio disolvió a tiros una manifestación de estudiantes de la
universidad estatal de Kent en protesta por la invasión
estadounidense de Camboya. Cuatro personas murieron y otras nueve
resultaron heridas. Neil Young compuso la letra con
las imágenes frescas en la cabeza,
y el día 15 del mismo mes entró al estudio con David Crosby,
Stephen Stills y Graham Nash. La ensayaron y la grabaron, en directo,
a la segunda toma, al final de la cual, según contó Neil Young,
“David
Crosby rompió a llorar”.
Se publicó apenas unas semanas después, en junio, y entró
directamente al número 1 de las listas norteamericanas.
Desplazando, curiosamente, a otro tema del cuarteto, Teach
your children.
El otro tema de hoy, Lamento borincano, es un canción que
desde que la conozco, y la conocí por Caetano Veloso, me ha
producido siempre ganas de echarme a llorar, o casi (me apunto al
club de Crosby). Bueno, lo dejaremos en que se te encoge el alma.
Para mí es la canción más política que conozco o al
menos la que más dentro me llega.
Observo atónita la interpretacion de Caetano Veloso, sus
movimientos, su voz... es difícil calificarlo.